



Esa sensación
desagradable que te queda en el alma
cuando algo que estaba, se ha ido!!!
Esta obra es un grito danzado, un impulso visceral que se niega a caer. Habita la ausencia, la pérdida y el abandono, sumergiendo a los cuerpos en un duelo sin tregua por lo que fue y ya no será. Cada movimiento es una batalla contra la ausencia, un intento de reconstruirse en la adversidad, de hallar en el temblor de la piel la fortaleza de un cuerpo resiliente.
El intérprete se encuentra al borde de su propia fragilidad, donde el duelo se vuelve carne, donde el caos emocional toma forma y sacude cada músculo. Es ahí, en ese umbral de lo irremediable, donde el cuerpo empieza a hablar: grita la locura, pesa el vacío, quema la asfixia y se arrastra la desidia.
Porque el duelo no es más que el amor desorientado, buscando desesperadamente dónde habitar. No hay tiempos ni reglas para su tránsito. La obra se sostiene en ese pulso entre el amor y la memoria, invitando a transformar la pérdida en un nuevo latido de vida.
El pasado se ha esfumado y vivirá en el
recuerdo efímero de lo que fue, el
futuro es incierto, visualizado en un
anhelo sutil de posibilidades... es el
presente con quien debemos librar
nuestra más dura batalla!!
Dirección y Coreografía: Andrés Avendaño
Intérpretes: Leidy González, Juliana Valenzuela, Erika Meneses, Daniel Salazar, Daniel Peláez y Camila Morales
Música: Juan D. Quintero y Hader Mercado
Iluminación: Juan Pablo Ríos
Escenografía: Mauricio Celis
Vestuario: Yessenia Betancur y Wilson Londoño
Diseño Gráfico: Juan Pablo Mesa
Comunicaciones: Alejandra Jaramillo
Redes Sociales: Catalina Pupiales
Página Web: Carlos Macías
Producción ejecutiva: Viviana Jaramillo
Apoyo logístico: José Trujillo y Felipe Giraldo
Duración: 53 min
